¡Hola!
Soy Fernando, Administrador estratégico
AMANTE DEL MARKETING Y LOS NEGOCIOS FUNCIONALES BASADOS EN UNA FILOSFÍA DE VALOR. AYUDO A NEGOCIOS APORTANDO VALOR.
Desde pequeño siempre admiré la historia familiar que mi mamá me platicaba acerca de mi bisabuelo. Una historia que sin duda inspiraba en mí el deseo de comercializar, ya que mi bisabuelo cuando llegó a México no contaba con mucho sin embargo con un “paisano” hizo de su visión de negocio algo más ambicioso; y que finalmente tuvo éxito en el mercado. Una ferretería con un flujo constante y por añadidura rentable (hasta la fecha sigue de pie) .
Mi trayectoria comercial se remonta tras varios intentos “infantiles” de ventas. Pero fue la muerte de mis abuelos la que desde muy chico estimuló una perspectiva diferente de la vida. Una energía inagotable por alcanzar por mi cuenta una vida sustentable.
Pese a este impacto en mi vida, hasta sexto de primaria ocurrió mi primer negocio: un tiendita de dulces en mi colegio. Tras ver que el negocio era rentable pero poco escalable decidí implantar estrategias propias de un infante logrando así aumentar la comercialización por ejemplo: tarjetas (membresías de la tienda) y difusión en Facebook por medio de una fanpage.
El siguiente negocio (fotografiafernandez.com) lo fundé en 2012 a los 14 años el cual con orgullo después de 9 años sigue de pie, este negocio fue un resultado de mi pasión por la contemplación del momento eterno es decir la fotografía. En este negocio canalicé todas mis energías durante la secundaria y prepa.
Conforme el tiempo avanzó y el constante cambio me abrazaba con experiencias que alimentaron un aprendizaje continuo, pude desarrollar un pensamiento estratégico natural que posteriormente por medio del análisis y la reflexión comprendí la gran incongruencia que existe en los negocios hoy en día, pero fue hasta mi segunda universidad donde comprendí que esa incongruencia tenía su causa raíz en múltiples cimientos administrativos que se traducen en perdida de valor organizacional y en algunos casos la inexistencia de valor TOTAL.
Cuando abandoné la Universidad del Valle de México (UVM) para inscribirme al Instituto de Estudios Universitarios (IEU) comencé a adentrarme en teorías de gestión del talento humano, donde comprendí lo interesante que es la formación de culturas organizacionales de manera orgánica según diversos factores de su entorno.
De igual forma el maestro tiempo me hizo entender que por más que el tejido administrativo se extienda, se categorice o se separe dependerá su éxito críticamente del factor administrativo, EL VALOR y su flujo. Pensemos en cualquier modelo de negocio o idea que simplemente cualifique como exitoso. ¿Posee o entrega un producto o servicio considerado de valor? -Seguramente la respuesta será: sí- ¿Este proyecto tiene un diseño para que ese valor identificado fluya? Tal vez parecen preguntas evidentes sin embargo en la práctica con data podemos sustentar que no se cumplen.
Con este enfoque comencé a especializar mi aprendizaje académico en un área de las ciencias administrativas que mientras más leía sobre ella más me convencía que era el área “cerebral” responsable de impactar de forma total el valor organizacional. Esta área es “Marketing” una ciencia y arte que ha hecho frente a múltiples puntos de valor que por su naturaleza estratégica y por las extensiones de material administrativo en que se fundamenta para intervenir.
Una metáfora válida sería “el cerebro de la organización” en donde la parte estratégica lógica debe de comulgar con la parte creativa e innovadora para una generación de estrategias que en sí mismas sean poseedoras de valor organizacional.
Todo este material rico en valor debe empalmar a la perfección con un plan estratégico que a su vez de vida a planes estratégicos por área y con esto tener claridad en los distintos sistemas organizacionales.
En este punto es donde el flujo de valor comienza a circular por los órganos empresariales rectores del proyecto.
Una vez que el flujo estratégico es comunicado, las tácticas son preparadas para su ejecución; es en cada punto donde debemos supervisar y controlar que el flujo de valor esté presente y circulando en toda su congruencia posible.
Una vez que el macroproceso finaliza con las acciones proactivamente medidas debemos de prestar más atención en su cumplimiento meticuloso y de valor, ya que no solo es que el valor esté presente en el macroproceso, sino que fractalmente en cada microproceso de los procedimientos que integran la función organizacional.
